sábado, 15 de febrero de 2014

Sentarse en silencio

Sentarse en silencio en medio del ajetreo y del ruido del mundo externo se ha convertido ya en una sana costumbre para mucha gente.  ¿Qué hacer sentado en silencio? Puedes practicar la meditación o directamente "no hacer absolutamente nada".

Parece fácil dejar de ver la tele, dejar de mirar el móvil. Pero siempre hay algo en lo que se fija nuestra mente y que reclama nuestra atención. Como con tantas cosas que "debemos hacer", siempre hay alguna ocupación que suena mucho más interesante que sentarse y en silencio. De hecho, una vez sentado viene a la mente la imperiosa necesidad de moverse.

Para esta práctica se requiere de una pizca de autodisciplina y otra de voluntad. Solo al principio. Una vez nuestro cuerpo se acostumbre y la mente no nos reclame para fines menos productivos, te encontrarás disfrutando de esos momentos en los que estar contigo mismo. Cuando tu mente se calma en medio del frenesí diario el panorama cambia completamente. Se ve todo distinto. Más nítido.

Fíjate en un gato o un perro. En un tigre. Cuando no están buscando comida, están detenidos, descansando. Sea de la forma que sea, lo importante es hacerlo. Y como hemos visto anteriormente, hacerlo concentrados en la respiración es la manera más sencilla de decirle a tu mente "eh, dame un respiro, una pausa".

Sigue haciéndolo aunque solamente sea unos pocos minutos cada día, en el momento que te venga a la cabeza o en el que tu alarma del móvil te lo recuerde. Al final todo se aclarará. No esperes remedios milagrosos ni curas (aunque hay estudios científicos que demuestran los beneficios de la meditación: aquí o aquí). Es un entrenamiento para tu mente como el correr lo es para tus piernas o tu corazón. Solamente permanece alerta, en el momento presente.



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